Putin apoya la creación de una zona de seguridad en el norte de Siria tras hablar con Erdogan

Moscú.- (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró hoy que Rusia apoya la creación de una zona de seguridad turco-estadounidense en el noreste de Siria, tras reunirse en Moscú con el líder de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

«Partimos de que la creación de zonas de seguridad para Turquía, en su frontera sur, crearán unas buenas condiciones que garanticen la integridad territorial de Siria. En ese sentido, apoyaríamos medidas destinadas a desescalar la situación en esa zona», dijo Putin a la prensa.

Putin subrayó que Moscú se muestra comprensiva con las preocupaciones de Ankara sobre la situación en su frontera con Siria, que calificó de «intereses legítimos de Turquía».

Por su parte, Erdogan reconoció haber tratado hoy dicho asunto con Putin, tras lo que llamó a Estados Unidos a «cumplir con su palabra» sobre la creación de dicha zona de seguridad, ya que la frontera es atacada «continuamente» desde Siria.

«Las organizaciones terroristas (…) deben abandonar sin dilaciones la región», dijo, en alusión a las milicias kurdosirias.

Turquía y EEUU acordaron a principios de agosto la creación de una franja de seguridad bajo control militar turco, algo a lo que se oponen tanto los kurdos como el propio régimen de Bachar al Asad, que la considera una «agresión» contra su soberanía.

Por otra parte, Putin y Erdogan abordaron la situación en la provincia de Idlib, donde la situación es especialmente tensa desde el ataque la semana pasada del Ejército sirio contra un convoy turco.

«Hemos marcado con el presidente turco las medidas conjuntas adicionales para neutralizar los focos terroristas en Idlib y normalizar la situación en la zona y, como consecuencia, en Siria en general», comentó Putin.

Y subrayó que ambas partes respaldan la soberanía, independencia e integridad territorial del país árabe y consideran inadmisible «la división del país en zonas de influencia».

Putin admitió que la situación en Idlib es causa de una «gran preocupación» para ambas partes, a lo que añadió que los terroristas siguen atacando a las fuerzas gubernamentales e intentan hacer lo mismo con las bases militares rusas.

«Estamos convencidos de que una zona de distensión no debe servir de refugio para los terroristas, menos aún de plataforma para el lanzamiento de nuevos ataques», señaló.

Mientras, Erdogan denunció que las acciones del Ejército sirio en Idlib suponen una violación del memorándum de Sochi de septiembre de 2018, ya que está bombardeando objetivos civiles.

«Bajo la excusa de la lucha contra el terrorismo, las tropas gubernamentales lanzan ataques que acarrean la muerte de la población local. La situación se ha complicado de tal manera que hasta nuestros soldados se encuentran en peligro», apuntó.

Subrayó que no quiere que la situación siga por ese camino y advirtió de que Ankara «tomará medidas en caso necesario», aunque no llegó a especificar.

Y cifró en más de medio millar a los civiles muertos en la zona, a lo que hay que sumar 1.200 heridos y cientos de miles de desplazados.

El líder turco llamó a los países en el formato de Astaná a tomar medidas para estabilizar Idlib, tras lo que Putin anunció que los garantes del alto el fuego en Siria -Rusia, Irán y Turquía- celebrarán una cumbre a mediados de septiembre en Ankara.

En el plano de la cooperación militar, ya que ambos visitaron hoy el salón aeroespacial MAKS, Putin destacó que abordó con su homólogo turco la posible compra de cazas Su-35, que deberían sustituir a los F-35 estadounidenses, y de los nuevos Su-57.

Mientras, Erdogan precisó que Turquía sigue entrenando a especialistas para el uso de los sistemas de misiles rusos S-400, cuya segunda entrega, según adelantó, se completará a finales de septiembre.

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