(Diario EL UNIVERSO.- Por Wilson Camacho).- Para el presidente de la Asamblea Nacional, el oficialista Fernando Cordero, no es inoportuna la nueva verificación de firmas que realiza el Consejo Nacional Electoral (CNE), que mantiene en vilo a las organizaciones políticas a cinco meses de las elecciones generales. Niega que el movimiento Alianza PAIS (AP) tenga al ente electoral de su lado y asegura que no se aferra a ninguna candidatura.
¿La Asamblea no incumple con su facultad de fiscalizar la actuación y la gestión de los integrantes del Consejo por el problema con las firmas de las organizaciones políticas?
Estamos requiriendo información al CNE para entender las decisiones que tomaron los consejeros y no aceptar que se cometan errores. Eso es fiscalización. Todos entendemos que lo que hace hoy el Consejo debió hacerlo hace mucho tiempo, que es revisar adecuadamente el 100% de las firmas.
¿No es imprudente y peligroso llevar adelante este proceso a pocos meses de las elecciones y luego de que se calificaron a varios grupos?
Para algunos es apresurado, pero inoportuno jamás. Imaginemos qué pasaría si se legalizan organizaciones políticas que no tienen respaldo popular. No estamos dispuestos a compartir con tramposos. Este proceso fue un baño de verdad doloroso.
Pero no es el momento de que la Asamblea, por ejemplo, convoque a los consejeros para que expliquen las inquietudes de los legisladores sobre este tema.
Por el momento, los consejeros del CNE están involucrados en un proceso que hay que vigilar. Como Asamblea tenemos que precautelar que las agrupaciones políticas, que se legalizan y pasan a ser beneficiadas de fondos del Estado, tengan el respaldo de la ciudadanía.
¿El CNE no es coincidente con los lineamientos de AP?
Si yo fuera quejoso, advertiría de que el CNE con AP se equivocaron muchas veces. Cuando los consejeros vinieron a la Asamblea dieron mal la información. Hizo creer a Sociedad Patriótica que eran los campeones mundiales…
Pero ante sus reclamos, el organismo inmediatamente corrigió el supuesto error.
Sí. No le pedimos que mienta, sino que muestre los mismos datos, pero elaborados de otra manera. Eso fue un daño moral que nos ocasionó y que no logramos superar. Muchos titulares de prensa tienen como excusa las declaraciones del presidente del CNE (Domingo Paredes) y ponen cuadros como que el 50% de nuestras firmas son invalidadas.
Usted habla de daño moral, ¿pero las agrupaciones de oposición no fueron afectadas por el discurso oficialista de que fueron ellos responsables de las firmas falsificadas?
Qué culpa tenemos nosotros de las firmas falsificadas. Eso no fue calculado. Por curioso me di cuenta de que aparezco como afiliado al Partido Socialista en Napo, con mi firma falsificada. Otros once legisladores de AP están en el mismo problema. Por eso sigo pidiendo información al CNE porque a lo mejor esto es parte de un complot contra la democracia y desprestigiar a un sistema electoral que va a permitir elegir la nueva Asamblea y al presidente de la República.
A su juicio, ¿quién es el responsable de este complot?
Yo tengo la duda de que alguien con mucha malicia y mala fe está detrás de actos como que Álvaro Noboa (líder del Prian) o el secretario de Sociedad Patriótica aparezcan en nuestra organización.
¿Causan dudas que entre los partidos no calificados estén MPD y PK que auspician la candidatura de su excoideario Alberto Acosta?
Alberto Acosta les va a ayudar a recoger firmas. Tienen que ser honestos. Por ejemplo, en 1995 cuando recogimos firmas para Pachakutik – Nuevo País, los que menos aportaron fueron los campesinos por su dispersión. En ese marco, no es muy difícil señalar que PK tuvo dificultades para hacerlo.
¿No le incomodan las críticas del jefe de Estado al trabajo de la Asamblea que empezó con los exhortos, vetó totalmente la Ley Orgánica de la Función Legislativa, entre otros?
En la vida democrática son normales las discrepancias. Yo considero al presidente un compañero, por eso jamás le diría una mentira para quedar bien. No creo que las opiniones del mandatario sean una interferencia en la Asamblea.
¿Y los cuestionamientos a proyectos de ley como el Código Penal?
No siempre al presidente le informan lo correcto. Si él omitía las referencias a este proyecto y esperaba la reunión con sus ministros seguramente comprendía que no le estaban desfigurando el texto. Creo que le desinforman y exasperan a una persona llena de convicciones para cambiar lo que está mal.
¿Quién lo desinforma?
No sé, si yo sabría le diría con nombres y apellidos.
Pero usted es parte del buró político
Esto no viene del buró. Muchas veces ese papel de informadores lo cumple la oposición y el presidente les cree. Pero tampoco hay que hacerse lío con estas confrontaciones.
Con miras a un proceso interno en AP para elegir candidatos, ¿no le preocupa que esto le provoque desgaste político?
No me siento dueño de ningún puesto en AP. Si alguien está con el serrucho conectado se da con la piedra en los dientes, porque yo no estoy desesperado por una candidatura. Mi presencia en AP es voluntaria. Hay algunos que sí están en el movimiento porque les ofrecieron ser candidatos.
En el actual escenario, ¿AP no adopta principios de derecha?
Es un movimiento demasiado grande. Hay espacios electorales que a veces confunden. El tomar cercanía con la derecha tendría que ver con las acciones. A Alberto Acosta, a quien respeto, le terminará afectando porque su tesis de hacer cumplir la Constitución no se le ha podido hacer por sus ‘amigotes’, que se hacen llamar de ultraizquierda, pero que se cogen la mano con la derecha.
