Ecuatoriano recupera identidad tras persecución a sus padres guerrilleros

Agence France-Presse (AFP).- Un ecuatoriano recuperó su verdadera identidad este miércoles tras ser forzado a vivir con nombres falsos durante 29 años, debido a la persecución que sufrieron sus padres guerrilleros en la década de los ochenta.

Fausto Eloy Basantes Cárdenas logró que su nombre real y el de sus padres aparecieran en su documento de identidad gracias a una ley de reparación de víctimas de violaciones de derechos humanos impulsada por el presidente Rafael Correa en 2013.

«Este es un día histórico en que el país realiza por primera vez una reparación al derecho de la identidad», dijo Ramiro Rivadeneira, Defensor del Pueblo, durante un acto en el Registro Civil en Quito.

Basantes es hijo de Fausto Basantes y Mireya Cárdenas, guerrilleros del desmovilizado grupo Alfaro Vive Carajo (AVC), que fue diezmado a sangre y fuego bajo el gobierno derechista de León Febres Cordero (1984-1988).

Al nacer, sus padres estaban en la clandestinidad y para protegerlo decidieron llamarlo Juan Carlos Ávila.

«A mi padre lo asesinaron un mes después de que nací y con mi madre viví hasta los dos meses», relató Basantes a la prensa.

Una Comisión de la Verdad creada por Correa determinó graves abusos de fuerzas del Estado en esa época.

Ya debilitado militarmente, AVC, un grupo de orientación marxista, entregó las armas en 1991, mientras Febres Cordero murió en 2008 por problemas pulmonares sin enfrentar ningún juicio por violación de los derechos humanos.

El padre de Fausto murió a manos de la policía en 1986 en un supuesto enfrentamiento, pero según esa Comisión fue ejecutado extrajudicialmente, tras lo cual Cárdenas -exfuncionaria del gobierno de Correa- debió refugiarse por un tiempo en Nicaragua.

La familia se quedó a cargo del hijo de la pareja y lo inscribió como Roberto Emilio Sierra, pero a partir de los ocho años Roberto pasó a llamarse Fausto Eloy Basantes Moreno, nombre que utilizó hasta este miércoles.

Basantes no explicó cómo hicieron sus familiares para que fuera identificado con diferentes nombres.

«Nunca pude tener el apellido de mis padres ni que ellos figuren en mi cédula», recordó Basantes durante la ceremonia en la que recibió su nuevo documento de identidad.

En una entrevista previa, confesó que por mucho tiempo vivió con «intranquilidad y confusión» al no poder revelar su verdadero origen. Ingeniero de sonido con estudios en Australia, Basantes nunca perdió contacto con su madre quien, visiblemente emocionada, lo acompañó al Registro Civil.

La Comisión de la Verdad documentó 456 víctimas de violaciones de derechos humanos entre 1984 y 2008, varios de esos casos están siendo analizados por la justicia.