Saqueos y ciudades sin vigilancia por motín policial que sigue sin solución en Bolivia (video)

LA PAZ.- (AFP-EFE. Diario EL UNIVERSO).- El gobierno de Bolivia y el sindicato de policías amotinados no lograron diálogar el viernes pese a que las autoridades aceptaron aumentar sus salarios, mientras la protesta sigue sin solución, según fuentes de ambas partes del conflicto.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, ofreció atender las demandas de miles de policías amotinados por mejores sueldos después de que cientos de agentes y sus mujeres saquearan la sede de Inteligencia y el Tribunal Disciplinario de la entidad, a unos 100 metros de su despacho.

Allí quemaron computadores, muebles y documentos, y destruyeron puertas y ventanas del edificio mientras en el techo había policías uniformados, armados y encapuchados.

Video por afpes

Portavoces del movimiento dijeron que el ensañamiento con el Tribunal Disciplinario se debe a que es muy duro con los agentes de bajo rango, sin darles derecho a la defensa.

Los saqueos en las dos dependencias en La Paz fueron los más violentos: quemaron lo que hallaron y agredieron a puños a camaradas, a quienes acusaron de ser leales al gobierno. La furia subió al más alto nivel cuando hallaron en el interior centenares de latas de cerveza. Todo terminó en una hoguera.

El fuego fue controlado por los bomberos dos horas después de que los rebeldes se retiraran del lugar y regresaran a la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), tomada de forma violenta el jueves y de donde se apropiaron de armas y municiones.

Los rebeldes pasaron este viernes varias veces ante el Palacio Quemado (sede de Gobierno), coreando «motín, motín», lemas contra el mandatario, peticiones de renuncia y acusaciones de que es incapaz de solucionar el conflicto.

‘Lo hemos subido, lo vamos a bajar’
«Como lo hemos subido, así lo vamos a bajar» al presidente Evo Morales, dice con furia un suboficial boliviano, vestido de civil y con el rostro cubierto, que protesta en plena Plaza de Armas de La Paz, a metros de la oficina presidencial. Estamos muy indignados», subraya el policía, sin identificarse porque teme que la cúpula de la institución pueda tomar represalias en su contra.

¡Evo te quedan dos caminos: Irte a Venezuela o dar solución!», dijeron los policías manifestantes, que están amotinados desde el jueves.

El descontento de centenares de sargentos y cabos se ha extendido a las principales ciudades de Bolivia, donde hay más de 20 guarniciones y comandos departamentales amotinados o bajo control de los sublevados.
Además de La Paz, fueron atacadas una jefatura regional en Cochabamba, se amotinaron en la cárcel de Palmasola de Santa Cruz y protagonizaron protestas en Sucre, Potosí, Tarija, Oruro y otras poblaciones.

Los pedidos
Los policías, que extendieron sus protestas a más de una veintena de regimientos y comandos departamentales en todo el país, exigen:
– escala salarial igual al de las Fuerzas Armadas a fin de tener los mismos ingresos que los militares de su nivel.
– jubilarse con el 100% de sus sueldos
– derogar una ley disciplinaria que les prohíbe hablar públicamente y que, según ellos, no les permite defenderse,
– crear una Defensoría del Policía.

Los amotinados son la mayoría de los 30.000 agentes rasos, cabos y sargentos, es decir el 85 % del cuerpo policial. Su sueldo es de unos 1.100 bolivianos (172 dólares) mientras que un militar gana 1.500 bolivianos (215 dólares).

Pobres e indígenas
Los uniformados de bajo rango son generalmente pobres y de origen aymara, al igual que Morales.  El estatal Instituto Nacional de Estadísticas dice que 6 de cada 10 bolivianos son de origen indígena y 8 de cada 10 son pobres.

El salario mínimo de Bolivia, uno de los países más pobres de América, es de 144 dólares mensuales y el sueldo medio apenas pasa de 546, según cifras del 2011.

El ministro boliviano de Gobierno, Carlos Romero, dijo que Morales regresó anoche de la Conferencia de la ONU Río+20, dos días antes de lo previsto, porque tiene preocupación por la sublevación y ha ordenado a sus ministros resolver el conflicto.

Romero anunció que el gobierno estaba dispuesto a elevar los salarios hasta 2.000 bolivianos (unos 287 dólares) y llamó al diálogo para un acuerdo, que no se concretó, aparentemente por discrepancias sobre el lugar designado para negociar.

Acusaciones mutuas
Romero indicó que esperó en su despacho al sindicato de sargentos y cabos pero su representante el sargento David Quispe, aseguró que esperaban el diálogo en las oficinas de la ONG Asamblea Permanente de Derechos Humanos que oficiaba de mediadora.  Guadalupe Cárdenas, líder de las esposas de los agentes, agregó que solo aceptarán dialogar directamente con Morales.

Tras la oferta del Gobierno, una manifestación de policías y esposas recorrió La Paz, convocado a otras unidades a sumarse a la protesta, y llegó hasta la jefatura de la Policía, donde pidieron la renuncia del comandante, coronel Víctor Maldonado, y luego hasta el Ministerio de Gobierno.

Mientras, los policías no están patrullando las calles aunque mantienen la vigilancia de las cárceles. Las calles de La Paz ya no tienen protección, ni control de tráfico, y los bancos y muchos comercios adelantaron el cierre de sus puertas.

El presidencial Palacio Quemado está cerrado desde el jueves y en su interior sigue el trabajo bajo la custodia de la Policía Militar, que tiene apostada una compañía detrás de la puerta principal y otros accesos.

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